Me he desayunado esta mañana con una noticia que, cuando menos, me llena de preocupación. El nuevo anteproyecto de Ley para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) ha excluido la asignatura de Ética de las enseñanzas que se imparten en 4º de la ESO. Es cierto que, aunque desaparezca como asignatura en la ESO, es posible que sus contenidos se impartan en 1º de Bachillerato dentro de la tradicional Filosofía. Pero la cuestión aquí es distinta. Al excluirla de la ESO, deja de ser una asignatura que promueve la reflexión ética y el diálogo crítico para cualquier alumno y alumna de nuestro sistema educativo. Y eso es lo que me preocupa. La Ética, como materia que propicia un primer contacto para todos los alumnos y alumnas del sistema educativo español, con la tradicional reflexión filosófica sobre el bien y el mal, la felicidad, los derechos humanos, la legitimación política,… parece estar condenada a desaparecer.